¿Sufre su hijo agresiones en el ámbito escolar?
La preocupación de los padres de que sus hijos puedan sufrir acoso escolar o ciberacoso es cada día mayor. Este incremento se debe principalmente a que el número de víctimas aumenta cada año considerablemente, siendo fundamental que, ante estas agresiones, se produzca una actuación rápida, contundente y eficaz.

¿Qué es el acoso escolar?
El acoso escolar (o bullying) consiste en hacer daño a un compañero o compañera de forma intencionada y repetida, utilizando cualquiera de las siguientes formas de agresión:
- Verbales: poner motes, tomar el pelo, amenazar, hacer burlas, hablar mal de otros, insultar, despreciar, provocar, amedrentar.
- Físicas: golpear, empujar, dar una patada a otro, arrojar cosas, quitar, romper o esconder las pertenencias de alguien, hacer muecas o gestos de desprecio.
- Sociales: excluir a alguien, difundir rumores, aislar, ignorar, humillar, extorsionar.
- Sexuales: molestar, hacer tocamientos sin consentimiento, hacer burlas del cuerpo, la intimidad o la orientación sexual de otro.
¿Qué es el ciberacoso?
El ciberacoso (o cyberbullying) es un tipo de acoso a algún compañero o compañera a través de medios tecnológicos, utilizando cualquiera de las siguientes formas de agresión:
- Mensajes desagradables o dañinos.
- Llamadas acosadoras al móvil.
- Envío de fotos hechas con el móvil y utilizadas para amenazar.
- E-mails acosadores.
- Acoso a través de chat.
- Mensajes dañinos a través de WhatsApp, Twitter o cualquier otra red social.
- Hablar mal de alguien o colgar en Internet información personal.
El incremento del uso diario de estas nuevas tecnologías, por parte de menores, hace que sean la principal causa del aumento de acoso escolar.
El tiempo de reacción ante el acoso escolar o ciberacoso es un factor vital y determinante para que el daño producido sea el menor posible y sus secuelas puedan eliminarse rápidamente.
Contacte con nosotros ante la mínima sospecha que tenga de cualquiera de estos actos
Nuestros especialistas le propondrán a los padres un protocolo de actuación a seguir, ya que la edad de la víctima hace que sea extremadamente inmadura para afrontar este tipo de problemas y, por ello, las consecuencias y reacciones no son previsibles en determinados casos.